Lo que necesitas saber:

El poder de la música en vivo podría inyectarnos hasta nueve años de vida.

Al mes todavía le queda una semana llena de conciertos interesantes en Los Ángeles y las ganas de dejar la garganta en uno de ellos ya va más allá del fanatismo: se trata de mera supervivencia… o algo así.

Olvídate de ir a yoga o a pasear perritos, la ciencia dice que ir a conciertos nos da un boost de felicidad que, a la larga, podría aumentar nuestra esperanza de vida casi una década.

¿Por qué ir a conciertos aumenta el bienestar?

Brandon Flowers, vocalista de The Killers, en concierto/Foto: Instagram @thekillers

Imagínate esto: estás en primera fila con tu ser amado o amistades, a punto de ver a esa banda que tantas veces te prendió el ánimo. Se apagan las luces, aumenta la gritadera y salen al escenario, ¡ahí están! De pronto la vida ya no parece tan mala.

El O2 —famoso recinto para conciertos en el Reino Unido— y Patrick Fagan —especialista en ciencias del comportamiento— armaron una investigación científica para probar algo que ya nos olíamos.

Depeche Mode en concierto/Foto: Instagram @depechemode

¡Asistir a conciertos nos hace más felices! A través de pruebas psicométricas y de frecuencia cardiaca midieron los niveles de bienestar que se dan al practicar yoga, pasear perritos e ir a conciertos.

Tan sólo 20 minutos en un concierto aumentaron la sensación de bienestar al 21%, contra el 10% que registraron al hacerle de yogui y el 7% de ir a dar la vuelta con un peludito. Además, la autoestima y sensación de camaradería se elevaron al 25%, mientras la estimulación mental aumentó un 75%.

No todo es felicidad…

Paramore en concierto/Foto: Instagram @paramore

Todo muy bien hasta acá y, seguramente, muchos ya se visualizaron rockeando hasta los cien años de edad. Pero, ¿han escuchado eso de que el dinero no da la felicidad? Pues aquí no aplica.

De acuerdo con el estudio, las personas que van a conciertos en vivo cada quince días o más fueron las que registraron mayores niveles de felicidad, satisfacción, productividad y autoestima… la clave es ir a un concierto cada QUINCE DÍAS.

The Cure en concierto/Foto: Instagram @thecure

¡Esos son varios súpers! En esta economía tal vez la felicidad quede en segundo plano, primero toca comer y sobrevivir. Sobre todo cuando las entradas para conciertos y festivales aumentaron de precio este año y el acoso sexual alcanza al 90% de las asistentes mujeres.

¡Ojo aquí! Recordemos que la investigación fue planeada por uno de los venues más prestigiados del mundo y, por ahí, se echan un comercialito medio encubierto sobre sus Priority Tickets y los miles de conciertos que se bookean en el recinto.

Lynn Gunn, vocalista de PVRIS, en concierto/Foto: Instagram @thisispvris

Lo que sí hay que aceptar es que lo bailado nadie nos lo quita. Un estudio en el 2016 demostró lo mismo. Que levante la mano el que no ha saltado hasta que le da dolor de caballo, gritado, llorado o berreado su canción favorita en un concierto.

Al final del día, esa frase de que “la música nos mantiene vivos” tal vez aplique más que nunca. Así que no te sientas culpable si te das un gustito conciertero cada que la cartera lo permita.

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