Lo que necesitas saber:

De acuerdo con la BBC, en el 2022 la píldora anticonceptiva se usaba por 241 millones de mujeres en el mundo. Sin embargo, hay otras que todavía no pueden acceder a algún anticonceptivo.

La píldora anticonceptiva es una herramienta que, actualmente, garantiza los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Ahora decidimos cuándo tener bebés o no, para construir el tipo de vida que deseamos.

Pero, antes de considerarla un hito meramente feminista y de revolución sexual femenina, hay que cuestionar el lado oscuro de su historia: machismo, soberbia, abuso y explotación de mujeres vulneradas por el sistema.

Los hombres detrás de la píldora anticonceptiva

Gregory G. Pincus y John C. Rock, de la Universidad de Harvard, se consideran los pioneros de la píldora anticonceptiva. De acuerdo con un artículo de The Harvard Crimson, ya tenían estudios avanzados para crear la píldora. Pero les faltaba un ingrediente que sólo estaba en México.

Aquí entra Luis Ernesto Miramontes, químico investigador de la Universidad Nacional Autónoma de MéxicoUNAM—. En 1951 todavía era estudiante en la Facultad de Química y becario en el laboratorio de Carl Djerassi, donde estudiaban una molécula para la fertilidad de las mujeres.

Luis Ernesto Miramontes/Foto: Gaceta UNAM

En ese entonces ya se sabía del Barbasco Cabeza de Negro, una planta mexicana que usaban las mujeres indígenas para evitar la ovulación. “Un gramo de esa molécula era más caro que un gramo de oro”, mencionó Octavio Miramontes, hijo de Luis Ernesto en entrevista con la UNAM.

Así que la extracción natural para un mercado mundial estaba descartada. Hasta que Miramontes descubrió accidentalmente cómo reproducirla sintéticamente y transformarla en un compuesto químico; la noretisterona. Lo que faltaba era ponerla a prueba en una píldora. ¿Realmente funcionaría?

¿Dinero o explotar mujeres? No fue dilema

Anuncio de la Asociación de Planificación Familiar de Puerto Rico/Imagen: The Harvard Crimson

Con la noretisterona y otros compuestos similares produciéndose en masa, Pincus y Rock la pusieron en una píldora. Pero debían asegurarse de que funcionara antes de que la Administración de Alimentos y MedicamentosFDA, por sus siglas en inglés— la aprobara para entrar al mercado.

Entonces armaron pruebas secretas antes de los ensayos a gran escala que pedía la FDA. En 1954 Pincus entró al Hospital Estatal de Worcester para experimentar con pacientes que padecían trastornos mentales, sometiéndolas a prácticas violentas como abrirles el útero para ver los efectos.

Luego probó un prototipo de la píldora anticonceptiva con mujeres de su familia, que dejaron de hablarle cuando los efectos secundarios surgieron. Después fueron a Puerto Rico, un paraíso de “pobreza e ignorancia con sobrepoblación”, según ellos.

Mujeres en los experimentos de Puerto Rico/Foto: Researches Inc

En 1955 reclutaron a 20 estudiantes de medicina para más pruebas. Ni se molestaron en contarles los riesgos ni efectos secundarios, pues en esa época no estaban obligados legalmente.

En poco tiempo más de la mitad de las mujeres abandonó el estudio. Sangrado, dolor, náuseas, dilatación del cuello uterino y hasta laparotomías —abrir por el abdomen para ver los ovarios— fueron demasiado.

Los efectos secundarios eran evidentes, pero Pincus se aferraba a que eran psicológicos. “La mayoría de ellos suceden porque las mujeres los esperan”, declaró alguna vez, de acuerdo con The Harvard Crimson. Pero esas primeras dosis de la píldora eran tres veces más altas que las actuales.

Unos abusos después… ¡Tenemos la píldora!

Enovid, la primera píldora anticonceptiva/Foto: Getty Images

La práctica de campo oficial de la píldora anticonceptiva se hizo en un barrio pobre puertorriqueño, donde las mujeres ansiaban dejar de tener más bocas que alimentar. Aunque no todas aguantaron hasta el final.

Unas pruebas más en Haití y México y todo quedó listo para pedir el visto bueno de la FDA. En 1960 el Enovid se convirtió, oficialmente, en la primera píldora anticonceptiva en Estados Unidos. Poco después en Europa. ¿Y en Puerto Rico?

Prototipo de la píldora anticonceptiva para mujeres en Puerto Rico/Foto: Getty Images

Las mujeres que ayudaron al desarrollo de la píldora no recibieron paga, ni siquiera una muestra gratis. Tampoco les alcanzaba para comprarla. Así fue como la explotación de unas, fue la “liberación” de otras.

Pincus y Rock pasaron a la historia del “empoderamiento femenino“, sin muchos que cuestionaran sus métodos abusivos.

¿Liberación sexual de las mujeres?

Además de las ya comentadas ambiciones masculinas, hubo dos mujeres que fueron parte de este invento. Margaret Sanger —feminista fundadora de Planned Parenthood— y Katharine McCormick —cofundadora del movimiento sufragista y filántropa—. 

Mientras Sanger buscaba una “aspirina” accesible para que las mujeres tuvieran el control de sus cuerpos, McCormick enviudó y recibió más de 30 millones de dólares. Al enterarse de las pruebas de Pincus y Rock, soltaron el dinero e hicieron el encargo especial de que terminaran la píldora.

Con billete en mano y sin una pizca de empatía, Pincus desarrolló la píldora anticonceptiva. Después confesó que estaba en contra de la libertad sexual femenina, que su invento fue por mérito científico y no social. Declaración que dio en 1967, según The Harvard Crimson

Feministas en Argentina/Foto: Mitelefe

El mismo diario evidenció que Rock tampoco salió libre de prejuicios. Deseaba que las personas “inferiores” dejaran de sobrepoblar el mundo. “A la gente le gusta tener bebés. Particularmente a los pueblos primitivos”, soltó en una entrevista años después.

Pincus y Rock no liberaron a las mujeres, pues no era su propósito. Si la creación de la píldora tuvo tintes revolucionarios para las mujeres fue gracias a sus patrocinadoras. Ellas apostaron por el disfrute de la sexualidad sin preocupaciones por embarazos no deseados.

Una nueva era de mujeres trabajadoras… del patriarcado

La píldora anticonceptiva en manos de una mujer/Foto: Especial

La píldora anticonceptiva no sólo controló la tasa de natalidad, que algunos estudiosos asociaban a la pobreza e ignorancia, sino que ayudó a que las mujeres entraran al campo laboral. ¿Independencia económica? ¿A qué costo?

Claudia Goldin y Lawrence F. Katz estudiaron los efectos de la píldora anticonceptiva en la vida profesional de las mujeres. En el 2002 publicaron The Power of The Pill: Oral Contraceptives and Women’s Career and Marriage Decisions.

El estudio concluyó que la distribución de la píldora anticonceptiva coincidió con el aumento de la edad para casarse y que cada vez más mujeres entraran a la universidad. Sin embargo aclaran que intervinieron otros factores para que esto sucediera. Por ejemplo, leyes más permisivas.

Claudia Goldin/Foto: Blackstone Magazine

¿Significó una mejoría en su situación económica? No realmente. Claudia Goldin fue galardonada con el Premio Nobel de Economía este año gracias a sus hallazgos sobre la brecha de género. Aún con las mujeres en el mercado laboral, el crecimiento económico no las incluye.

Esto porque, si deciden ser madres, deben interrumpir sus carreras en algún momento. En cuanto se reintegran, lo hacen en puestos que les permitan combinar la maternidad, generalmente, con pobres condiciones laborales. Esto no pasa con los hombres que son padres.

La participación de las mujeres en el mundo laboral también contribuyó a las dobles jornadas de trabajo. Ahora no sólo producían en el sistema capitalista, sino que también debían llegar a casa a los trabajos de cuidado y domésticos, no remunerados.

Los riesgos actuales de la píldora anticonceptiva

Píldoras anticonceptivas actuales/Foto: Getty Images

De acuerdo con Planned Parenthood, los efectos secundarios más comunes de la píldora anticonceptiva son náuseas, dolores de cabeza y sensibilidad en los senos. Esto por la cantidad de hormonas que se suman al cuerpo, aunque aclaran que es cosa de acostumbrarse a ellos.

Algunas reacciones menos comunes de la píldora son ataque cardiaco, accidente cerebrovascular, cóagulos en la sangre, tumores en el hígado y cáncer de mama. Además, no protegen de infecciones de transmisión sexual

Píldoras anticonceptivas actuales/Foto: Getty Images

¿Y mentalmente? Un estudio de la Universidad de Cambridge de este año demostró que el uso de la píldora puede aumentar el riesgo de depresión. Aunque debemos considerar que no todos los cuerpos reaccionan igual. 

El tecnofeminismo de los años 80 aportó la idea de que la ciencia y la medicina se desarrollan bajo un enfoque meramente masculino. ¿No lo demostró así la píldora anticonceptiva? Poco repararon en cómo afectaría la salud de las mujeres.

¿Y los anticonceptivos para hombres?

Espermatozoides fecundando un óvulo/Foto: National Geographic

La teoría y la lógica nos dicen que las mujeres adquirieron mayor libertad y control sobre sus cuerpos con el uso de la píldora. Pero, sin quitar la una ni la otra, la píldora anticonceptiva sigue participando en dinámicas heteropatriarcales.

Aunque el riesgo se toma en pareja, las mujeres son las que cargan con la responsabilidad financiera y de salud de la anticoncepción. En Estados Unidos, cuando se cuestionó la seguridad de la píldora, algunas feministas preguntaron a los jueces: “¿Por qué no existe una píldora para hombres? ¿Por qué usan a 10 millones de mujeres como conejillos de indias?”.

Adam Watkins, experto en biología reproductiva, le dijo a la BBC que la píldora anticonceptiva femenina “funciona tan bien” que no hay necesidad de invertir e investigar para una nueva. Eso sí, en el mercado cada vez hay más opciones anticonceptivas para mujeres.

Foto ilustrativa: ILE Fundación

Watkins reconoce que algunos nuevos estudios para la píldora masculina se han detenido por los efectos secundarios que causan, casi los mismos que atraviesan las mujeres. Pero hay organizaciones como Iniciativa para Anticonceptivos Masculinos —MCI, por sus siglas en inglés— que trabajan en la responsabilidad compartida.

MCI apoya el desarrollo de una inyección, un implante biodegradable, píldoras y más. Además, un artículo reciente de National Geographic, habla sobre un gel tópico estudiado por Christina Wang. También menciona una píldora que se toma 30 minutos antes de las relaciones sexuales.

¿A favor o en contra de la píldora anticonceptiva?

Activistas a favor de los derechos de las mujeres en Estados Unidos/Foto: Getty Images

No se trata de polarizar, ni mucho menos de cansarnos para ver si son buenas o malas. La libertad de usar la píldora u otro anticonceptivo es nuestra, siempre que queramos y no por presión social o de la pareja.

Pero la historia tiene evidencia suficiente sobre las distintas desigualdades que generó. ¿La píldora es un invento feminista? ¿Ayudó a la liberación sexual de las mujeres? Tal vez, pero no para todas. La religión, situación económica, etnia y otros aspectos atraviesan a mujeres que todavía no tienen acceso a ella.

Mujeres a favor de la liberación femenina/Foto: Getty Images

El hecho de que los anticonceptivos masculinos tampoco avancen poco tiene que ver con el desarrollo de la ciencia. ¿Qué cuestiones sociales y culturales estarán envueltas?

En una de esas la suerte se pondrá de nuestro lado y, en otros 50 años, las mujeres y sus cuerpos ya no serán las únicas responsables de la anticoncepción. ¿Crees que alcancemos la responsabilidad compartida?

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