Lo que necesitas saber:
La brecha de participación entre los votantes blancos y de color cada vez aumenta más en Estados Unidos.
Las elecciones en Estados Unidos están a la vuelta de la esquina. ¡Mal momento! El Congreso, los candidatos y, el país en general, atraviesa una división ideológica que amenaza la libertad de la Unión Americana.
Terri Sewell, demócrata de la Cámara de Representantes, puso sobre la mesa del Congreso la Ley John Lewis de Derecho al Voto. Una movida que busca actualizar la Ley de Derecho al Voto antes de las próximas elecciones.
La histórica Ley de Derecho al Voto
En 1965 nació la Ley de Derecho al Voto porque, algunos estados, se pasaban de lanza discriminando a personas de color con políticas electorales que dificultaban su voto. Pero la Corte Suprema del 2013 consideró que eso del racismo ya no era actual en el país y anuló gran parte de esta ley.
Especialmente la parte que solicitaba autorización previa antes de que los estados implementaran nuevas leyes electorales. ¡Error! Seguramente los jueces ni habían llegado a casa cuando Texas lanzó la primera piedra y aprobó una política electoral súper estricta para la identificación de los votantes.
Diez años después nos damos cuenta de que la Ley John Lewis de Derecho al Voto es más que necesaria para proteger el derecho al voto de la discriminación electoral.
¿Cómo se ven las leyes electorales discriminatorias?
Las leyes electorales restrictivas o discriminatorias son aquellas que dificultan el voto a ciertas personas: de color, con discapacidades, pertenecientes a la comunidad LGBTQ+, de bajos ingresos, etcétera.
Aquí van algunos ejemplos: En 2020 el voto por correo fue el predilecto para la población de color en Georgia. Luego, la legislatura del estado implementó una política electoral para que el voto en esta modalidad fuera sólo para algunas personas.
En 2021 los votantes asiáticos y latinos corrían el 50% más de riesgo de que su voto por correo fuera rechazado, a diferencia de lo votantes blancos. De acuerdo con Southern Poverty Law Center, en Mississippi una ley electoral limitaba el número de personas autorizadas para ayudar a votantes con discapacidad visual.
Eso disminuyó su nivel de participación, ya que no confiaban en las personas autorizadas. ¿Y qué pasa con la comunidad LGBTQ+? Las personas trans, por ejemplo, enfrentan discriminación electoral cuando les solicitan identificaciones legales.
Muchas de estas personas no cuentan con una identificación legal porque están en proceso de cambio de género/nombre o no tienen recursos económicos para actualizar sus documentos.
Otras formas de leyes electorales discriminatorias: falta de boletas de votación multilingües, cerrar colegios electorales, restringir las modalidades de voto o cambiar los lugares de votación sin aviso.
¿Cómo ayudaría la Ley John Lewis de Derecho al Voto?
De acuerdo con Brennan Center, este año se aprobaron al menos 13 leyes electorales discriminatorias en once estados. La Ley John Lewis de Derecho al Voto sería un parteaguas para restaurar la verdadera democracia en Estados Unidos.
La Ley John Lewis de Derecho al Voto exigiría, otra vez, la autorización previa antes de que algún estado cambie sus leyes electorales.¿Quiénes necesitarían autorización previa y quienes no? Eso lo decidiría el Departamento de Justicia o un tribunal federal en Washington D.C.
Para eso, se revisarán los 25 últimos años de cada jurisdicción. Si encuentran patrones de discriminación y no pueden demostrar que la política electoral no dificultaría el voto para algunas personas, bye-bye! Necesitarán autorización previa por los próximos diez años.
Eso sí, aquellos que se reformen y demuestren que no han discriminado a nadie con sus politicas elecorales en el mismo periodo de tiempo, se libran automáticamente de este paso.
Ley John Lewis de Derecho al Voto marcaría un precedente contra la discriminación electoral. ¿El Congreso estará dispuesto a garantizar la igualdad en las urnas?