A simple vista parece un conjunto de casas rodantes destartaladas que no tienen otra función más que la de generar estorbo. Sin embargo, en muchos casos esto es lo único que les queda a cientos de familias.
Actualmente las calles de Los Ángeles están tomadas por estas casas rodantes y de acuerdo con el último conteo realizado por las autoridades. Son más de 11 mil personas las que viven en esta condición.
Con tarjetas de regalo de 500 dólares y una habitación de motel, las autoridades pretenden “limpiar” las calles de estos campamentos.
No obstante, las personas que viven en casas rodantes temen que una vez que su vehículo sea remolcado y destruido vuelvan a las calles en una situación todavía más vulnerable.
LaTonya Smith, CEO del Centro St. Joseph platicó sobre estos temores y de la importancia de abordar la situación correctamente:
“Las personas que viven en cámperes se consideran alojadas, y para que abandonen esa casa rodante, a veces tenemos que incentivarlas”.
LaTonya Smith sobre las casas rodantes en Los Ángeles
Las casas rodantes preocupan a Los Ángeles
Aunque está permitido dormir al interior de un vehículo en Los Ángeles —con ciertas restricciones— el incremento de estos campamentos comienza a salirse de control en varios puntos de la ciudad.
De acuerdo con las autoridades angelinas, remolcar una casa grande que no puede moverse requiere grúas y destruir una que esté en mal estado puede costar hasta 9 mil dólares.
A menudo las casas rodantes se encuentran descuidadas, generan basura, son consideradas como imanes para la delincuencia y tienen residuos químicos y humanos que dañan el medio ambiente.
En cuestión de cinco años el número de casas rodantes en Los Ángeles incrementó en más del 50 por ciento y pasó de 4 mil 500 a 7 mil 100 en el último recuento.
¿Cuál es la solución que tienen las autoridades?
La concejala Traci Park declaró que hoy existe un negocio de casas rodantes que se alquilan como viviendas por Internet. La bronca con estos bisnes es que muchas veces los vehículos son inseguros, inoperables y en muchos casos están sucios.
En este sentido, la funcionaria señaló que no se trata de criminalizar a las personas sin hogar, sino de buscar una regulación para estos vehículos y exigir una autorización escrita por parte de la ciudad para reservar alguna calle o espacio de estacionamiento.
De esta manera es como Karen Bass intenta reducir el número de personas sin hogar en Los Ángeles
Existen distintos puntos de vista
Mientras que funcionarias como Traci Park buscan limpiar los barrios de estos campamentos y quieren regular el alquiler de casas rodantes; activistas como Dmitry Korikov aseguran que todo el mundo debería tener derecho a utilizar las vías públicas.
El cineasta, quien realiza labores como voluntario para ayudar a refugiados de Rusia y Ucrania, cuestionó que las autoridades no puedan otorgar empleos ni viviendas dignas a las mismas personas que quieren obligar a salirse de sus casas rodantes.
¿Tú qué opinas?