Lo que necesitas saber:
India se convirtió en el cuarto país en la historia que llega a la Luna y el primero en hacerlo con una nave no tripulada.
India se sumó a la carrera espacial y se convirtió en el cuarto país en toda la historia que llega a la Luna gracias a la misión Chandrayaan-3 que alunizó con éxito en el polo sur de nuestro satélite natural.
Con esto el país asiático le ganó la partida a Rusia —que hace unos días intentó sin éxito una misión similar— y de paso será el primero en explorar esa parte de la Luna.
Chandrayaan-3 demostró que el cielo no es el límite
A través de sus redes sociales y con la frase “¡India está en la Luna!”, el primer ministro Narendra Modi celebró la llegada de Chandrayaan-3 al polo sur de nuestro satélite natural, un área nunca antes explorada por ningún país.
De hecho, esta no es la primera vez que India intenta una misión así. En 2019 la Organización de Investigaciones Espaciales de la India buscó colocar un vehículo similar pero fracasó.
En este sentido, el alunizaje al polo sur de la Luna representa un gran paso para la ciencia ya que el objetivo de esta misión es encontrar reservas de hielo a base de agua.
Encontrar agua helada en la Luna podría permitir que en un futuro no muy lejano exista la posibilidad de instalar bases habitadas que permitan misiones a Marte y otros planetas.
Entre los objetivos de la misión Chandrayaan-3 también destaca la investigación de las propiedades físicas y térmicas de la Luna así como sus propiedades químicas.
A todo esto: ¿A quién le pertenece la Luna?
¿Cuánto costó la misión?
El módulo de aterrizaje Vikram pesa casi dos toneladas y lleva el nombre de Vikram Sarabhai, conocido por crear el programa espacial indio en 1947 cuando el país se independizó de Reino Unido.
En total la misión india tuvo un costo total de 75 millones de dólares, que si bien es una lanota, destaca por ser inferior al presupuesto ya no solo de otras misiones espaciales, sino incluso de películas de Hollywood como Interstellar que necesitó 160 millones de dólares para ver la luz en la pantalla grande.
No cabe duda que una vez más la realidad superó a la ficción
