Lo que necesitas saber:
Jack Antonoff es uno de los grandes productores/compositores de la industria musical pop. Pero con Bleachers, nos ha mostrado su lado más íntimo y creativo. Esta es su historia.
Para hablar de la historia de Bleachers, es necesario (y sumamente obvio) entender quién es Jack Antonoff. Quizá su nombre no acapara las listas de reproducción del mundo o los grandes charts de la música pop propiamente, pero él es uno de los grandes orquestadores detrás de escena.
Taylor Swift, Lana Del Rey y Lorde son algunas de las enormes artistas que han recurrido a Antonoff ya sea para labores de composición o producción. En el terreno más alternativo, St. Vincent, Tegan & Sara y Florence + The Machine saben bien lo que el oriundo de Nueva Jersey puede entregar creativamente.
De alguna manera, esa es la esencia de Jack Antonoff como artista: uno que sabe componer rolas pop espectaculares, pero sin comprometer la sensibilidad artística, justo como lo dicta la tendencia de los artistas independientes/alternativos.
A eso hay que agregarle su distintiva influencia retro en la que buena parte de la industria –prácticamente la crítica especializada– ha encontrado reminiscencias de los 80. Podríamos decir que él es una de las puntas de lanza que ayudó a la escena pop mundial actual a fijarse de nuevo en el pasado, como lo han hecho The Weeknd, Dua Lipa y otros más en años recientes.
Pero a Jack Antonoff no le gusta acreditarse con su nombre de pila a la hora de hablar de su carrera como solista. Para eso está Bleachers, su ‘banda de un solo hombre’ (si le podemos llamar así) con la que se ha confirmado como uno de los grandes compositores de al menos la última década.
La historia antes de Bleachers
Jack Antonoff ya era bastante popular en el mundo de la música antes de que se dieran sus colaboraciones con estrellas pop, e incluso antes de delinear la historia de Bleachers. Luego de pasar varios años en bandas de indie rock o algunas más de espíritu punky, él se juntó con Nate Ruess para conformar Fun.
Este grupo únicamente lanzó dos discos, Aim and Ignite (2009) y Some Nights (2012). De este último, se desprendió el mayor hit de la banda: “We Are Young” en colaboración con Janelle Monáe, que rompió todos los charts habidos y por haber, y que les valió dos que tres Grammys.
Uno habría esperado que lograran más éxitos juntos después de semejante éxito. Después de todo, acapararon las listas de mejores artistas nuevos de cualquier cantidad de medios musicales por aquel periodo del 2012-2013.
Pero casi de la noche a la mañana, Fun dejó de ser noticia y nada hicieron para reafirmar el estatus logrado con su canción más reconocida. A la fecha, si bien queda la declaración de que están en un descanso indefinido, se siente como si simplemente no quisieran revivir el proyecto.
Y uno hubiera pensado que Nate Ruess era el que podría salir bien librado para iniciar una carrera solista. El vocalista daba señales sobresalientes con canciones como “Just Give Me a Reason” junto a Pink, pero no logró mucho después de ello. Caso contrario fue el del guitarrista y compositor Jack Antonoff, quien en secreto preparaba algo por cuenta propia.
Bleachers como un diario musical personal
La historia de Bleachers comienza precisamente en la época en que Fun estaba de gira mundial. Antonoff pasaba por un cambio importante en su vida, obteniendo una fama inimaginable. Pero al mismo tiempo, era un nostálgico de su vida en Nueva Jersey, desde su adolescencia hasta sus primeros años como músico profesional.
En lugar de detallar sus emociones en un diario o tuiteando, solamente se dedicó a escribir canciones –sin que nadie más se enterara– mientras realizaba el tour con su banda. Pero esas rolas no las estaba componiendo para Fun; ni siquiera estaban pensadas para ser lanzadas en un inicio. Simple y sencillamente, era un trabajo creativo que se le pegó la gana hacer y ya.
Vino entonces el hiato de Fun, con lo que Jack Antonoff vio una oportunidad de ver materializadas sus propias ambiciones artísticas. Fue así que fundó Bleachers como su proyecto musical personal, inspirado por esta nostalgia artística y personal que siempre tuvo en mente.
¿Pero por qué no usó su nombre de pila para este nuevo proyecto? Bueno, como dijo en una entrevista con Vanity Fair, “sabía que no quería llamarlo con mi nombre porque quería que tuviera su propia identidad”. Además, la palabra ‘Bleachers’ (traducida como ‘graderío’), evocaba esta parte emotiva de su vida como un chico de los suburbios de Nueva Jersey.
En ese sentido, el concepto del graderío le recordaba esas películas clásicas de los 80 sobre la adolescencia y la mayoría de edad. O como lo dijo el mismo en entrevista con Vulture, evocaba el “lado oscuro y desconectado de la juventud suburbana” y se inspiraba en películas de John Hughes.
Para Jack Antonoff, estos largometrajes “estaban vinculadas a una época en la que las grandes canciones eran realmente grandes canciones”. Y lo entendemos cada vez que recordamos el impacto de la ochenterísima “Don’t You (Forget About Me)” de Simple Minds que consiguió un reconocimiento enorme en The Breakfast Club, película del mencionado cineasta Hughes.
Total que la historia de Bleachers arrancaba así con su primer disco, Strange Desire del 2014, impulsado por el genial sencillo “I Wanna Get Better”. De este último, Jack dijo en su momento que fue su intento por borrar lo que el consideraba el límite entre Disclosure y Arcade Fire.
Pero el disco y ese sencillo en particular tenían un significado especial. De alguna manera, estaban inspirados en los sentimientos que le provocaba recordar cómo afrontó la muerte de su hermana menor por cáncer cerebral, esto cuando él tenía 18 años. Eso y la ansiedad del ataque a las Torres Gemelas del 11 de septiembre del 2001, que sucedió casi a la par del fallecimiento de su hermana.
El disco finalmente contó con figuras como Yoko Ono y Grimes colaborando, y con el apoyo en producción y arreglos de Vince Clark (Erasure, Depeche Mode), John Hill (Jay Z, Phantogram, Cage the Elephant) y Greg Kurstin (Adele, Foo Fighters).
2017, el mejor año de Bleachers: Ganando reconocimiento en la industria en la época de ‘Gone Now’
Antes del lanzamiento de su primer disco como Bleachers, Jack Antonoff ya podía presumir de haber trabajado con dos grande estrellas de la música del ayer y hoy. Por un lado, había abierto algunos conciertos para Bruce Springsteen, el amo y señor del rock de estadio de los 80, también nativo de Nueva Jersey, que además es una influencia palpable para el músico.
Y por otra parte, ya había ayudado a componer la canción “Sweeter than Fiction” junto a Taylor Swift. Esta se convertiría en su colaboración de más larga data, la cual abarca desde el álbum 1989 hasta Midnights del 2022 como productor y escritor.
En ese lapso entre su primer disco y el segundo, Jack se dio tiempo de regrabar su álbum debut pero ahora con voces femeninas como Charli XCX y Sia, entre otras cantantes pop de alto calibre. El material pasaría a llamarse así Terrible Thrills, que lo mostró como un artista sin miedo a reimaginar su propio trabajo.
Fue en este momento que Antonoff se estableció como un productor destacado gracias a su trabajo en el aclamado Melodrama de Lorde y Masseduction de St. Vincent, ambos del 2017, año en que también salió el MTV Unplugged de su banda.
A la par, confirmaba su valor como compositor y cimentaba aún más su carrera con el disco Gone Now. Sí, este podría ser considerado el año más fructífero (y más laborioso) en la historia de Bleachers y Jack Antonoff como tal.
El álbum tiene esta esencia de las grandes canciones de rock/pop de estadio, de himnos conmovedores, pero con un trasfondo melancólico sobre la pérdida de seres queridos. Dato curioso: el propio Jack Antonoff mencionó alguna vez que la portada de ese disco era su visión de cómo luciría su foto de funeral, esa que sus allegados tendrían en sus salas para recordarlo.
Al igual que el primer disco de Bleachers, Gone Now tuvo su edición especial con Terrible Thrills Vol. 3 con apariciones especiales de Mitski, Julien Baker y más. Pero Gone Now es un ejercicio artístico aún más conceptual que eso…
Para complementar la experiencia de los fans, Jack Antonoff hizo lo posible por desmantelar su cuarto de la infancia-adolescencia y montarlo en un tráiler de manera que pudiera ser una instalación que sus seguidores visitarían en su gira. Era una manera de llevarlos al lugar que inspiró gran parte de Gone Now, según lo que comentaba en una entrevista con The New York Times.
Bleachers y Jack Antonoff convertidos en grandes de la música actual
Ya en la previa del 2020, Jack Antonoff trabajó en el disco Norman Fucking Rockwell de Lana Del rey como productor, logrando así otro éxito importante en su faceta detrás de la consola de grabación.
¿Y Bleachers? Bueno, se atravesó la pandemia y poco se supo de Antonoff en este mood. Pero de nuevo, estaba implícito su trabajo con Taylor Swift en lo que serían Folklore y Evermore (ambos del 2020), donde además colaboraría en composición y producción con los hermanos Dessner de The National.
Pero en cuestión de su proyecto solista, Antonoff hizo lo posible por terminar lo que sería su tercer disco… y lo llamó Take the Sadness Out of Saturday Night, que vio la luz en el 2021. Como lo indica el título, este disco venía con una temática un poco más optimista que sus dos placas pasadas, sin dejar de lado la melancolía que era parte de su sello característico.
El significado del disco nos mostraba la capacidad de Jack Antonoff para conceptualizar sus composiciones. “El álbum trata sobre todo de querer mantener la alegría y no entender por qué no puedes… Es sobre intentar entender si es algo cultural, algo sobre el pasado, sobre las pérdidas que he enfrentado…”, dijo el compositor a la NME.
“Esa se convirtió en la idea… Mirarme a mí mismo a través del lente de mi familia y las personas que amo”, agregó el líder de Bleachers, quien contó con Bruce Springsteen, uno de sus héroes, como colaborador en la canción “Chinatown”. Bueno, hasta lo tuvimos en México para el Corona Capital 2021…
Al momento de escribir estas líneas, esperamos el lanzamiento del disco homónimo de Bleachers con el que continuará la historia de Jack Antonoff como solista. El material saldrá en el 2024 ahora con Dirty Hit de The 1975 como su discográfica, y veremos qué nos trae esta etapa.
La importancia de Jack Antonoff y Bleachers
Dentro de la industria de la música, Jack Antonoff es bien conocido como un productor importante. Como dijimos, una punta de lanza que ha revitalizado la influencia retro dentro del pop actual.
Pero Bleachers es la otra cara de la moneda para Antonoff, donde él nos muestra su sensibilidad artística sin filtros y su creatividad sin estar sujeta a lo que otro artista desea. Sin embargo, el valor de este proyecto es más grande en el entendido de la vida del propio Jack…
Hay un invaluable sentido de desahogo para Antonoff en Bleachers, pues es ahí donde no esconde sus heridas, sino que las revela para que nosotros empaticemos con él y de esta forma, él mismo aliviar un poco el agobio que dejan las marcas de la vida que son tan complicadas de sobrellevar. No por nada, es uno de los mejores compositores de al menos la última década.