Lo que necesitas saber:
De acuerdo con AP News, el uso de este dispositivo incluye más de 30 interacciones diarias que reducen al 90% la soledad en los usuarios.
Justo cuando se habla de una epidemia de soledad en el mundo, aparece ElliQ. ¿Un robot aliado o una forma de capitalizar nuestros males? ¿Abrirnos a mejorar la vida con tecnología o usarla con precaución?
ElliQ es un pequeño robot que funciona con Inteligencia Artificial. Su tarea es combatir la soledad y fomentar la independencia en adultos mayores que pasan el día solos. ElliQ es el primer robot “proactivo”, describen en el sitio oficial.
Al tener su propia “voz” actúa como una persona real, animando a las y los adultos mayores a ser más activos durante el día, mejorando su bienestar físico, cognitivo y social. Además, presume ser de uso intuitivo y fácil, sin necesidad de ser experto en tecnología.
¿Qué puede hacer ElliQ?
La Inteligencia Artificial, proactiva y empática de ElliQ, hace que este robot sea el que da el primer paso, quien rompe el hielo. Saluda, hace preguntas y sugiere actividades físicas para arrancar el día.
Una vez que se adapta, ElliQ inicia conversaciones basadas en gustos personales. Cuenta chistes, noticias, pone música, reproduce audiolibros y videos en su pantalla adjunta, dice frases inspiradoras y hasta les recuerda tomar agua, citas médicas o sus medicamentos a tiempo.
ElliQ también puede planear y ejecutar videollamadas con los seres queridos, mandarles mensajes de texto y hasta compartirles el estado de salud de sus dueñas o dueños —siempre que lo autoricen—.
Los contras de la Inteligencia Artificial
Hasta aquí todo suena innovador y convincente, ¿apoco no? Pero, aunque ElliQ ha demostrado que sí disminuye los efectos de la soledad en adultos mayores, los profesionales de la salud mental no son tan fans.
Julianne Holt-Lunstad, profesora de psicología en la Universidad Brigham Young, le dijo a AP News que ElliQ podría disminuir la búsqueda de contacto humano y aislar más a las personas mayores. “Esto debería motivarnos a reconectar socialmente”.
Usar la Inteligencia Artificial para reemplazar una necesidad en realidad no llena el vacío, piensa la especialista. “Sólo apacigua los efectos”. ¿Será? Por su parte, los creadores de ElliQ dicen que no sustituye el contacto real.
Justo por esa razón, se parece más a una lámpara —sin ojos ni boca— que a una persona. Aún así, algunos usuarios aseguran que sienten más confianza para abrirse con la agradable ElliQ que charlar con sus propios familiares.
En Estados Unidos las agencias para el envejecimiento reparten este robot sin costo alguno, siempre que la persona califique. Si no, la pueden comprar por $600 dólares al año más una tarifa de instalación de $250.
Casi mil dólares para que una persona adulta mayor tenga “compañía”. ¿No saldrá más barato echarle una o dos llamaditas a la abuela por semana? ¿O un paseo el fin de semana? Para pensarse.